Después de la legalización, la Iglesia adoptó los mismos límites organizativos que el Imperio: Provincias geográficas, llamadas diócesis, correspondientes a la división territorial gubernamental imperial. Los obispos, que estaban ubicados en los principales centros urbanos por tradición previa a la legalización, supervisaron en consecuencia cada diócesis. La ubicación del obispo era su "asiento" o "ver"; entre las sedes, cinco tenían especial eminencia: Roma, Constantinopla, Jerusalén, Antioquía y Alejandría. El prestigio de estas sedes dependía en parte de sus fundadores apostólicos, de quienes los obispos eran definitivamente los sucesores espirituales, por ejemplo, San Marcos como fundador de la Sede de Alejandría, San Pedro de la Sede de Roma, etc. Elementos significativos: Jerusalén fue el lugar de la muerte y resurrección de Cristo, el sitio de un concilio del siglo I, etc.,ver además Jerusalén en el cristianismo. Antioquía fue donde los seguidores de Jesús fueron etiquetados por primera vez como cristianos, se usó de manera despectiva para reprender a los seguidores de Jesús el Cristo. Roma fue donde SS. Pedro y Pablo habían sido martirizados (asesinados), Constantinopla era la "Roma reciente" donde Constantino había trasladado su capital c. 330, y, por último, todas estas ciudades tenían importantes reliquias.
Imagen 190B | Espectro de creencias cristológicas en la antigüedad tardía | Rafy / Attribution-Share Alike 3.0 Unported
Autor : Stephen Baskolan
Referencias:
Historia y expansión del cristianismo desde sus orígenes hasta el siglo V
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