Coestimulación de células B por células T colaboradoras activadas

La estimulación completa de las células T colaboradoras requiere que la molécula B7 presente en la célula presentadora de antígeno se una a la molécula CD28 presente en la superficie de la célula T (en estrecha proximidad con el receptor de la célula T). Además, es necesaria una segunda interacción entre el ligando CD40 o CD154 (CD40L) presente en la superficie de las células T y el CD40 presente en la superficie de las células B, además. Las mismas interacciones que estimulan a las células T colaboradoras además de estimular a las células B, inevitablemente el término coestimulación. Todo el mecanismo asegura que una célula T activada solo estimule una célula B que reconoce el antígeno que contiene el mismo epítopo reconocido por el receptor de células T de la célula T colaboradora "coestimulante". La célula B es estimulada, además de la coestimulación directa, por ciertos factores de crecimiento, a saber, las interleucinas 2, 4, 5 y 6 de forma paracrina.Estos factores son producidos habitualmente por la célula T colaboradora recién activada. Aunque, esta activación se produce sólo después de que el receptor de células B presente en una memoria o una célula B ingenua se hubiera unido al epítopo correspondiente, sin el cual no se habrían producido los pasos de inicio de la fagocitosis.

Imagen 420A | Pasos de un macrófago que ingiere un patógeno | XcepticZP / Public domain | Page URL : (https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Phagocytosis_ZP.svg) de Wikimedia Commons

Imagen 420A | Pasos de un macrófago que ingiere un patógeno | XcepticZP / Public domain | Page URL : (https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Phagocytosis_ZP.svg) de Wikimedia Commons

Autor : Gerald Dunders

Referencias:

Microbiología médica II: esterilización, diagnóstico de laboratorio y respuesta inmune

Respuesta inmune en microbiología

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